Algún día voy a leer esa
historia.
Probablemente sea, justamente, el
día que menos lo planee.
Cuando de estas cosas se trata,
suelo ser casi paranoica con mi supuesta preparación previa. Siento que eso me
hace lucir como si fuera una histérica, o una maníaca. Usando el termino de
manera demasiado exagerada.
Como si me preparara para un
ritual, en lugar de un par de horas a solas con el regalo en palabras de un
autor.
Y, aun así, siempre termino encontrándome
fallando con mi propia preparación y haciendo lo que mi mente, en un impulso de
idiotez repentino, decide es mejor.
Algún día voy a leer esa
historia.
Probablemente después de alguna
actividad mundana. Debatiéndome si estoy leyendo únicamente a creaciones de
tinta que ya conozco o estoy hablando con dos personas completamente nuevas.
Repasando las combinaciones y
deleitándome con las frases, recordando y relacionándolas con cosas que ya
sabía.
Pensando que es sorprendente cómo
cinco palabras juntas son capaces de desatar un torrente de lágrimas y una
sensación de calidez al mismo tiempo.
Algún día voy a leer esa
historia.
Probablemente imaginando más que
lo que las simples palabras cuentan.
Llenándome de ese viejo
sentimiento de calidez y seguridad que me aseguraban los viejos sueños que, en
mi juventud, veía como únicas metas de vida.
Rememorando fantasmas de algo que nunca pudo ser,
pero vive intensa e inamovible en alguna parte profunda de mi mente.
Enredándose con la realidad y creando un espacio donde todo es posible. Donde el
pasado no es mezquino y el futuro no es incierto.
Creando un presente donde
únicamente existen los sueños, y la posibilidad.
Sí, definitivamente, algún día
voy a leer esa historia.